Todos nosotros tenemos la experiencia de haber respirado cloro gas en algún momento cuando visitamos una alberca con agua clorada o cuando usamos una solución de hipoclorito de sodio comercial. El efecto irritante que experimentamos en las mucosas al respirar el cloro en mayores concentraciones se debe principalmente al ácido clorhídrico que es corrosivo y tóxico y no al ácido hipocloroso que ejerce el efecto desinfectante en nuestras mucosas